
El día de ayer estaba marcado por ser viernes 13, para mis padres será el día en que su pequeña les sacaba a rastras de un restaurante para ir corriendo a Maternidad. Mi madre estaba obsesionada con que me había puesto de parto. Tenía fuertes dolores, al ser primeriza aún no sé si sabría identificar las contracciones, sólo sabía que me dolía mucho el abdomen, en ningún momento pensé en que "el día hubiese llegado" aunque tampoco me importaba que fuera así, sólo quería saber porqué me encontraba tan mal que no había podido ni comer, ni dejar comer a mis padres. Alejandro como no se encontraba bien se quedó en casa y no vino con nosotros a comer, así que de todo esto se enteró cuando 2 horas después de llegar a Maternidad volvía a mi casa con todos los "controles" en regla.
Mi madre sólo hacía que decir: "¿Vamos a buscar a Alejandro?¿Vamos a buscar la bolsa?" y yo: "Mama tranquila, en el caso hipotético que estuviera de parto, que no lo creo, siendo primeriza nos da tiempo a que me llevéis, me empiecen a examinar y si me dicen que estoy de parto, vayáis a buscar a Jandro y la bolsa, así que tranquila y vamos a ver que es".
Hace cosa de dos o tres semanas me pasó lo mismo pero muchísimo menos intenso, un dolor abdominal que encima se acentuaba con el movimiento de la pequeña Alicia. Por suerte cuando llegamos no había nadie esperando en urgencias, me atendieron rápido y una enfermera me tomó los datos y me midió tensión, temperatura y me puso el aparato de monitorización, todo correcto, Alicia se movía mucho, latía su corazón con fuerza y no tenía contracciones. Todo bien, ¿entonces porque me dolía tanto?. Explicación rápida de la doctora: "La barriga empieza a pesar mucho y te hace presión contra el estómago, aún no estas de parto, pero si lo estuvieras todo iría bien, si te sigue doliendo tomate un paracetamol". Lo gracioso es que supongo que los nervios de estar sentada, no saber como ponerme y demás me acentuaron la sensación de dolor, mientras me monitorizaban estaba también que me subía por las paredes, fue cuando mientras esperaba a la doctora, que me medio incorporé y entró mi madre un ratito a hablar conmigo que se me calmó el dolor. Al final no tuve ni necesidad del paracetamol, pero al menos, mi madre se fue tranquila de fin de semana, si no ya la tenía todo el sábado y domingo colgada diciendo ¿pero seguro te encuentras bien?.
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